lunes, 30 de mayo de 2011

SER SIEMPRE AUTENTICOS

SINCERIDAD NO ES LO MISMO QUE AUTENTICIDAD. Para poder hablar de «autenticidad» es obligado definir el término «sinceridad» con el que generalmente se le suele identificar. Por paradójico que pudiera parecer a primera vista, no es lo mismo sinceridad que autenticidad. Se puede ser sincero pero no auténtico. La autenticidad va mucho más allá, tiene mayor profundidad v es de rango superior. Sinceridad es la adecuación entre lo que se piensa o se siente y, lo que se dice. Autenticidad es la adecuación entre lo que se piensa, se dice y se hace y lo que se debe hacer.
En definitiva, sólo seré auténtico cuando lo que piense, sienta y diga corresponda a la realidad de mi «deber ser».
No pocos jóvenes de hoy piensan que por ser sinceros, decir lo que piensan, ya son auténticos, pero sólo lo serán de verdad en la medida en que sus conductas respondan a la llamada de los valores. Para mí, esa «llamada de los valores» es lo mismo que «el deber ser».
La neurosis, el trastorno psíquico y mental, la escisión de la persona se instala allí donde hay una ruptura entre el «ser» y el «deber ser».
Escasea tanto la autenticidad y es un valor tan cotizado como raro, especialmente en los tiempos que corren porque por un lado va la conducta y por otro los ideales. ¿Se puede vivir sin ideales? No. Todos necesitamos esa guía interior que se apoya en la interiorización de una guía de valores que nos sirva como punto de referencia de la conducta.
La mayor parte de los problemas que aquejan al hombre de hoy están motivados porque no se tiene un cuadro de referencia interno, una Filosofía de la vida, un ideal, un «deber ser» que vaya en la misma línea de nuestra conducta habitual.

HUALI ROCA JHONATAN 5A
una persona es autentica cuando no intenta imitar a nadie y simplemente se muestra como lo que es su carácter y sus gustos 

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